viernes, 11 de junio de 2010

FUNDAMENTOS DEL PROYECTO ÁGORA MÉXICO

En la medida que las personas ciegas, con baja visión y sordo ciegas tengan un efectivo acceso a la educación, y cuenten con un trabajo acorde a su capacidad vocacional, además de que trasciendan las naturales barreras sociales y de comunicación, aumentará sensiblemente su nivel de calidad de vida. Sin lugar a dudas, el uso del sistema Braille y de las tecnologías adaptadas, aunados estos recursos a una adecuada rehabilitación física y emocional, se convierten en factores fundamentales para que las personas con discapacidad visual logren su cabal integración a la sociedad en igualdad de condiciones que el resto de los seres humanos y respondan efectivamente a la disponibilidad de oportunidades laborales.

La Organización Mundial de la Salud estima que en 2008 el número de personas con severas dificultades de visión en el mundo asciende a 161 millones aproximadamente. Se estima que 153 millones más tienen deficiencias ópticas de carácter refractivo, que redundan en una discapacidad visual susceptible de corregirse.

dada la abrumadora tasa de desempleo predominante hoy en día entre las personas con discapacidad visual en el mundo, del 75 por ciento aproximadamente, incluso en los países industrializados, se hace impostergable la consolidación de un programa permanente de formación educativa, de capacitación y de promoción laboral para personas con discapacidad visual en nuestro ámbito geográfico, todo lo cual será posible mediante la estrecha colaboración con organizaciones de la sociedad civil nacionales, regionales e internacionales, instituciones públicas y privadas, lo mismo que entidades de carácter mundial .

La adecuada articulación entre políticas públicas y programas de inserción laboral, impulsadas respectivamente por el estado y las organizaciones civiles de personas con discapacidad visual, hará posible que avancemos juntos hacia la consolidación de una meta común, claramente expuesta en la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de las Personas con Discapacidad.

Dicho instrumento de carácter vinculatorio legitima y garantiza por parte de los Estados firmantes, y tras su correspondiente ratificación ante la Organización de las Naciones Unidas, el cumplimiento irrestricto de los Derechos Humanos de las personas con discapacidad visual. De ahí que resulta impostergable la puesta en marcha de un programa nacional de inserción laboral impulsado y promovido en nuestro país debidamente desarrollado por organizaciones de la sociedad civil de personas ciegas, con baja visión y sordo ciegas, con el apoyo de instituciones nacionales, regionales e internacionales que coadyuven de forma efectiva y propositiva a la participación de las personas con discapacidad visual en la vida laboral.

Cabe resaltar que el artículo sobre trabajo y empleo de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, solicita a los gobiernos que implanten medidas que faciliten el acceso al empleo de las personas con discapacidad. Esto resulta de especial importancia para las personas ciegas y con baja visión, que tienen tendencia a verse mucho más expuestas al desempleo que las personas sin discapacidad, e incluso que las personas con otro tipo de discapacidades. El desconocimiento, y muchas de las veces, la descalificación e infravaloración de las habilidades, experiencia, y la preparación laboral de las personas con discapacidad visual, dificultan o anula totalmente la posibilidad de inclusión en la vida productiva.

En forma concomitante al derecho al trabajo de las personas con discapacidad visual, la propia Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, apuntala otros derechos que no pueden ni deben desvincularse de la vida laboral como: el derecho a la educación, a la accesibilidad, a la capacitación y a la rehabilitación, a la libertad de expresión y a la información, la movilidad personal en forma segura e independiente, a la no explotación, la no violencia y el abuso, la procuración e impartición de justicia, el reconocimiento equitativo ante la ley, a la seguridad social y a la protección civil, y no menos importante, el derecho a la participación política, a la cultura, la recreación, y a una vida familiar y social en condiciones cabales de dignidad humana.

Aunado al programa nacional de empleo para personas con discapacidad visual: Ágora México, articulado por la Fundación ONCE para América Latina (FOAL), las organizaciones de y para ciegos en nuestro país suscribimos el compromiso de llevar a cabo cada uno de los objetivos de inclusión laboral de personas con discapacidad visual en nuestro país, además de emprender campañas permanentes de sensibilización en el sector público, empresarial, educativo y social, por medio de pláticas, cursos, talleres y diversos foros nacionales, regionales e internacionales, lo mismo que en los medios de comunicación, con la expresa finalidad de facilitar el camino a las personas ciegas en su afán por encontrar una fuente de trabajo digno que responda a su formación técnica o profesional. De igual modo, procuraremos un nivel óptimo de capacitación y profesionalización en los perfiles laborales de nuestro colectivo con el propósito de desterrar mitos y prejuicios en torno a la empleabilidad de los faltos de vista y propiciar una imagen justa y positiva de sus valores laborales.

En suma: el Proyecto Ágora México, no solamente aspira a la realización efectiva y legítima de un programa nacional de inserción laboral en nuestro país para las personas con discapacidad visual, también propone el fortalecimiento de la educación, la accesibilidad mediante el sistema Braille y las tecnologías adaptadas, la investigación y la correcta aplicación de nuevas alternativas de desarrollo laboral, y todos y cada uno de los derechos inherentes a los seres humanos en igualdad de condiciones sociales.

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